lunes, 19 de agosto de 2013

Toda receta tiene una historia detrás

Siempre he querido escribir. De hecho alguna parte de mí siempre he querido ser escritor o al menos colaborar en alguna edición. ¿Soy un escritor frustrado antes incluso de querer serlo? Quizás escritor sea una de esas palabras mayores que nos dan miedo utilizar. Incluso más que mayores, diría que palabras jubiladas. Ésta es la razón por la que muchas personas se creen buenos escritores y no aceptan críticas ni comentarios de sus lectores que son quienes les dan de comer en realidad. Y vosotros os preguntaréis: “¿Y qué tiene que ver que sea “escritor” una palabra mayor y que haya escritores que se creen buenos y que en realidad no lo son?”. Pues yo os lo explicaré encantado. En nuestra sociedad, o más bien en esta sociedad en la que prima la tecnología y el egoconsumismo juvenil, nuestros mayores cada vez son más menospreciados a los que la falta de respeto es cada vez más implícita en la edad. Soy de los que opinan que estos mayores, o a lo que viene a ser lo mismo “escritores”, son una fuente inagotable de información, sabiduría y aprendizaje; pero que sin en cambio los infravaloramos.

Pero no me quiero ir por las ramas y debo centrarme en el tema que nos acontece. O que a mí me acontece. Desde hace tiempo me ronda por la cabeza la idea de escribir (no me valgo de los tópicos de “expresar lo que siento y así poder desahogarme”) o empezar a escribir en un blog. Pero aquí surge la duda de: “¿Sobre qué escribir?”. Reconozco que no se me da bien hablar de mis sentimientos, más bien me resulta difícil (no os daré la tabarra con mis frustraciones y días pesimistas). Reconozco que no se me da bien imaginar personajes y tramas en las que un lector se enganche y se quede absorto con la historia (no os daré la brasa con historias como las de Ken Follet o George R. R. Martin). Reconozco que no se me da bien hacer bromas ingeniosas en las que estéis dos días acordándoos de mi gran chiste o ingeniosidad (no os daré la murga con chistes malos sin gracia alguna). ¿Y qué se me da realmente bien a mí? Pues creo que nada.

Otra cosa bien diferente a todo esto es lo que te guste hacer. No soy escritor, pero me gusta leer. No soy cocinero ni repostero, pero me gusta cocinar y la repostería. Con ambas cosas me relajo y me puedo evadir de problemas y momentos en los que uno a veces incluso de cuestiona su existencia en este mundo. Por eso doy el paso a empezar este blog intentando combinar las ambas facetas.

Llevo años leyendo blogs. Son las páginas y las plumas de escritores a los que no se les da la oportunidad de publicar lo que crean. Soy muy vergonzoso y me da “cosa” que lean lo que escribo pero en cierta parte esto que escribo es lo que diría en una conversación con un amigo mientras tomamos un café o cenamos. Se me viene a la cabeza una película y un blog.  Ambos muy similares o al menos eso es lo que me transmite a mí (espero no estar metiendo la pata ni ofender a nadie con esto, lo hago desde el respeto y la admiración). Se trata de la película Julie&Julia y del blog de Mikey Fermández. Adoro como se combina una experiencia de la vida con la cocina, como se relaciona una historia específica con una receta concreta.


No sé como resultará esta experiencia y si dará lugar a muchas recetas en este blog. Quizá todo sea el resultado de un cúmulo de miedos, frustraciones, dudas e inseguridades de una nueva etapa que empieza. O que quiero que comience. 

1 comentario:

  1. Una gran idea. Te seguiré de cerca.
    Espero que pongas los ingredientes de las recetas que vayas a hacer :D

    Un abrazo y ánimo!

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