sábado, 7 de septiembre de 2013

Recuerdos

Conforme uno va cumpliendo años y haciéndose cada vez mayor es cierto que cualidades propias de la juventud se van perdiendo. Pero en cambio hay algunos sentidos que se agudizan con el paso del tiempo y éste es el caso del sentido del gusto.

Cuando somos niños no toleramos el sabor de algunas verduras, cremas, y cuando llegamos a la adolescencia parece que desarrollamos un gusto exquisito por alimentos poco saludables como hamburguesas, fritos, etc. Pero cuando pasamos la barrera de los 20 se desarrollan gustos por alimentos que anteriormente no soportábamos y a la vez se despiertan en nosotros recuerdos y sabores que nos recuerdan a la niñez con tan solo llevarnos a la boca un bocado de algo. Al igual que pasa con los olores.

Por eso, ¿qué bocado os recuerda y os teletransporta a vuestra infancia? ¿El mío? Una galleta. No hay nada más trivial y que me recuerde a mi infancia que unas galletas mojadas en un vaso de leche. Os doy la opción de un café con leche también ya que somos mayores.

La receta que os dejo hoy fue mi desayuno de esta semana pasada, unas galletas de muesli ricas en sabor y cereales para llenarnos de energía. Además, éstas no llevan mantequilla por lo que "en cierta medida" cuidamos la figura.



Ingredientes:
230 gr. de muesli (yo utilicé marca Hacendado, la caja roja que lleva pepitas de chocolate)
260 gr. de harina
150 gr. de azúcar (100 gr. de azúcar moreno + 50 gr. de azúcar de vainilla)
1 medio sobre de levadura
Una pizca de sal
2 huevos
150 ml. de aceite virgen extra


Elaboración:
Primero batimos los dos huevos, el azúcar, la sal y el aceite hasta que esté todo bien integrado. Siempre con una cuchara de madera o con una lengua o espátula. A continuación añadimos el muesli, la harina y la levadura mezclando todos los ingredientes hasta que se hayan unido por completo y no queden grumos de harina sin deshacer. Se formará una pasta que podemos empezar a colocar en una bandeja con papel de horno formando montoncitos que aplastaremos y daremos forma redonda o como en mi caso, que la masa resultante repose en el frigorífico entre 2 y 4 horas. El muesli se ablandará un poco por la humedad de la masa pero una vez que estén cocidas las galletas quedan más jugosas. Su textura interior me recuerda a la del brownie o a esas masas que aún les falta un pelín para estar en su punto. A mí personalmente me vuelve loco esta textura.

Una vez que las tengamos ya posicionadas en la bandeja introducimos las galletas en el horno hasta que veamos que empiezan a ponerse doradas por los bordes. Éste es el momento exacto en el que hay que sacarlas y dejarlas enfriar sobre una rejilla. Mientras enfrían irán cogiendo más consistencia e irán endureciéndose. Estas galletas no llegan a estar totalmente crujientes pero es esa particularidad por la que a mí me han gustado bastante. De hecho durante esta semana no han faltado dos galletas durante mis desayunos. 


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